A 5 años de la Dinamarca Venezolana de AMLO o también llamada Cuarta Transformación

Amlo no nos convirtió en dinamarca, pero no nos convirtió en Venezuela.

Yo como muchos mexicanos, llevo cuestionando al presidente López la mayor parte de su sexenio. A veces lo dejo de cuestionar en redes porque me doy descansos, no porque deje de cuestionar.

También, he sido objetivo en temas que a mi parecer ha actuado bien, aunque sean controversiales. Desde las finanzas públicas hasta el manejo de la pandemia y el respaldo a López Gatell.

Entre esos cuestionamientos me dije “mi mismo, cómo va la deuda con tanto tren, aeropuerto, refinería y becas”.

Pues en la recta final del sexenio, creo que vale hacer un análisis con datos, no con percepciones ni sentimientos.

Los casi 15 años en que AMLO buscó la presidencia, sus opositores hablaron de que nos convertiría en Venezuela, de que habría devaluación, socialismo, pérdida de la propiedad privada, fuga de capitales, inflación y todas las demás desgracias y argumentos que los pro Yankis acostumbran.

El señor López tomó la presidencia en diciembre de 2018 y la dejará en menos de un año.

Hagamos una revisión de números, con información tomada del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, organismos considerados “conservadores y adversarios” por parte del presidente y bien vistos por la comunidad internacional del capitalismo.

Los únicos datos que no provienen de las fuentes antes mencionadas y con los que empezamos, son los relacionados a la pobreza y vulnerabilidad, que fueron consultados en Coneval, un organismo que el presidente quiso desaparecer.

Salud: la gran deuda de la 4T

El presidente aseguró que tendríamos un sistema de salud como el de Dinamarca, la verdad nunca he estado en ese país y mucho menos conozco cómo funciona su sistema de salud.  Sin embargo, los datos son claros y demoledores.

De acuerdo con Coneval, el porcentaje de la población con carencias por acceso a salud al 2022 fue de 39.1% comparado con un 16.2 en 2018, al inicio de su administración. Se puede considerar la pandemia por Sars-CoV-2 como el principal causante, pero no debemos olvidar la desaparición del Seguro Popular y el fracaso del INSABI, las causas determinantes de este número.

Los números son claros, el problema de la salud es bastante grave, con un aumento de casi 23% de la población con carencias.

Pero la evaluación final, parece positiva. Un incremento en la población no vulnerable, así como disminución en las carencias por seguridad social así como un aumento en la población por encima de la línea de pobreza, 6.4% que representa alrededor de 8 millones de mexicanos, considerando una población de 30 millones.

El acceso a seguridad social en parte puede deberse a la ley del outsourcing que no legalizó a todos, pero si hubo grandes empresas tipo Bimbo o Femsa, buscando que sus proveedorees garantizaran seguridad social, no por gusto más bien para no meterse en problemas.

Estimado lector, ¿tú qué calificación le das en estos rubros evaluados por Coneval?

Inflación: Un tema complejo bien librado

La complejidad de la inflación deriva de la situación global. Compararse con América Latina con casos como Venezuela o Argentina, no parecería válido para evaluar el desempeño de la economía en los años recientes, en particular durante la cuarta transformación.

Así que consideré oportuno comparar con economías superiores a México como lo son: Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Francia y Japón. Quizá hubiera sido atractivo considerar otras economías como Nigeria, India o Canadá, ahora que escribo estas líneas.

Bueno, el resultado en Inflación me parece positivo para México.

Hay un antes y después de la pandemia, como podemos ver en el gráfico. La dinámica inflacionaria a partir de 2020 para México muestra una contención superior, comparada con las otras economías y para 2022 y 2023 muestra números más saludables que países con economías más sólidas y desarrolladas.

Japón pasó de negativo a más de 3%, Estados Unidos llegó al 8% mientras que Alemania cercano al 9%. Las políticas económicas durante la pandemia parece que fueron correctas en México, dolorosas para la población, positivas para la macroeconomía.  

PIB, no nos dice mucho

El Producto interno bruto muestra una parte de la foto y para hacer un poco de justicia, me voy más atrás, tres sexenios para ser específicos. Los datos que comentaré no sólo en PIB sino en otros rubros, abarcarán las administraciones de Felipe Calderón, Enrique Peña y parcialmente Andrés López (números parciales al 2º o 3er trimestre de 2023 con sus respectivas proyecciones a cierre de año).

La administración López empezó con un mal desempeño del PIB, el cual se relaciona al subejercicio o recortes presupuestales en diversas áreas. Por dar un ejemplo, tan sólo en tecnologías de información, el subejercicio llegó al 85% del presupuesto, un freno a la industria de tecnología, sin duda. Si este escenario sucedió en otras áreas, explica claramente el 0.2% de crecimiento para 2019.

Si creo que hay un factor muy importante además del subejercicio o la austeridad y es la desconfianza. Los líderes de este país, ya sea periodistas, empresarios, altos ejecutivos de empresas globales alimentaron la idea del Chavismo y la conversión en Venezuela, frenando inversiones a lo largo del país.

Esa combinación de desconfianza, austeridad y subejercicio fue nutrida por una pandemia, llevando al país a un 8.3 de “crecimiento negativo” como les gusta decir a los opinadores.

El gráfico del PIB 2007 – 2023 revela a mi parecer dos cosas:

1 – En 2008 Felipe Calderón tuvo que lidiar con la crisis de 2008 que afectó severamente la economía mexicana teniendo crecimiento negativo en 5.3% y posteriormente, tuvo un comportamiento similar al del PIB después de la pandemia.

2.- Seguir por el camino de Peña Nieto – Meade no pintaba bien ya que a pesar de no tener factores como la crisis de 2008 o la pandemia, el desempeño de la economía, dadas las circunstancias, con Enrique Peña Nieto fue mediocre.

La deuda, ese monstro que nos aterra

Desde que yo recuerdo, es decir años 80, la “deuda externa” siempre estaba presente en las conversaciones. Ya más maduro con menos ignorancia, hablaría de deuda en general.

Dice Alex Lora que

“Con la lana que se paga un domingo
En las carreteras de cuota
Se podría pagar la deuda
Y comprar muchos kilos de mota, pero”

Una canción de 1988, cuando Carlos Salinas llegó al poder y nos dijo que ya no seríamos tercer mundo y construyó carreteras y demás. Así como ahora se construyen Trenes y demás.

Entre peras o manzanas, este sexenio será recordado por sus obras: Tren Maya, Tren Interoceánico, Aeropuerto Felipe Ángeles (AIFA), Aeropuerto de Tulum y desde luego la Refinería Dos Bocas. Se recordará también el gasto en sembrando vidas, apoyos a adultos mayores, Jóvenes construyendo el futuro.

Al tiempo veremos si se recordará por el gasto o por el resultado.

Hablando del gasto y retomando a Alex Lora que dice en su canción «quién les pagaría sus viajes sus viajes, sus coches, sus viejas, sus casas…» , yo he estado preocupado desde el primer día del gobierno por la deuda. Me preocupé siempre porque esas grandes obras de infraestructura y esos apoyos en efectivo vinieran de deuda, una deuda que heredaríamos todos los mexicanos.

Si llegué a pensar que sería del tamaño de un nuevo Fobaproa que 30 años después seguimos pagando. Para los más jóvenes, el Fobaproa fue un fondo de contingencia creado en 1990 para enfrentar posibles problemas financieros. En la crisis económica de 1994 se realizó un rescate bancario a través del Fobaproa, creando una deuda que hoy la seguimos pagando todos los mexicanos.

Así que en un tema tan delicado, revisar datos de Banco de México, Inegi, Secretaría de Hacienda, no me parecía conveniente, había que revisar organismos internacionales, aquellos que fueron críticos con AMLO desde el principio.

Pues vaya sorpresa que me encontré.

Insisto, estos datos en particular provienen del Fondo Monetario Internacional.

Pues lo que nos dice el FMI es que la administración actual ha sido responsable en el manejo de la deuda, pero también en la generación de recursos para pagar lo debido.

El siguiente gráfico nos muestra las reservas internacionales y sí, proviene de Banco de México, y nos muestra datos interesantes.

Primero y a destacar es que AMLO no tocó las reservas, durante su mandato ha crecido de manera modesta pero constante. Esto se refleja en los datos del FMI donde México tiene sólo el 7% de deuda neta.

Segundo que en la administración Peña hicieron uso de recursos en 2015.

El salario mínimo

Desde que recuerdo, hay quien dice que el salario mínimo sólo es referencia y nadie gana eso. Claro, eso lo dicen personas alejadas de la realidad del 50% de la población que vive en pobreza. Lo cierto es que la evolución del salario mínimo durante el mandato de López fue uno de los grandes pasos que dio el país en materia de justicia social. Para enero de 2024, el salario mínimo será de 249 pesos diarios al menos.

Esto significa que el salario mensual ronda los 5,900 pesos situándose por encima de la línea de pobreza de acuerdo a los límites establecidos para México por parte del Banco Mundial y la CEPAL.

Por último, el tipo de cambio Peso – Dólar

De 2018 a 2022 consistentemente vi fallas en la predicción del tipo de cambio peso – dólar, tanto por analistas nacionales e internacionales como por equipos financieros de empresas globales. Desde 2020, después de la desestabilización del tipo de cambio provocada por la pandemia, estoy a la espera de tener un dólar entre 21.5 y 22 pesos.

Sin embargo, las predicciones han fallado consistentemente y hoy tenemos un dólar en los 17 bajos.

Se habla de que habrá un rebote, que no es real, que son las tasas de interés competitivas comparadas con otros países.

Y si, eso influye pero también es una realidad que la inversión extranjera está llegando que las reservas internacionales crecen, que México es un país atractivo.

Se habla mucho del nearshoring, siendo pionero en este tema (no por mi, sino por la industria en la que he colaborado) veo que parte de esa fortaleza viene del nearshoring. Me tocó ver cómo se valoró a México en Estados Unidos y Europa. Una tarifa de 19 dólares en 2017 alcanzó 35 o 40 dólares para 2020, por ejemplo.

El gráfico superior sobre el tipo de cambio muestra tendencia, no es como en los sexenios anteriores, una subida constante con picos provocados por la crisis de 2008 o la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos.

Revisando los datos de Banxico desde 1954 a la fecha, no ha habido un periodo de recuperación del peso tan largo como el que inició tras la pandemia.

Así pues, en el aspecto económico, la administración de AMLO podría considerarse saludable, con impacto en la sociedad de manera directa, reduciendo el número de mexicanos en pobreza y aumentando aquellos con seguridad social.

También fue una administración que destruyó el acceso a la salud.

Sin duda fue una administración donde la inseguridad creció y la violencia escaló.

Un dato que no tengo completo es que la mayor parte de la inversión en este sexenio ha sido del sector privado. Esto, de ser verdad, es muy saludable y positivo porque no nos habla de números maquillados a través de la obra pública.

Cabe destacar, nos guste o no, que AMLO construyó la refinería y aeropuerto de Tulum que prometió Calderón y construyó el Aeropuerto de la ciudad de México que prometió Peña. Además de echarle la mano terminando el tren a Toluca, aunque viendo Santa Fe, tengo mis dudas de que se termine.

Reinventando la industria automotriz y el negocio de la movilidad

¿Dejarías un millón de pesos tirado en el estacionamiento 20 horas al día? ¿Tiene sentido tener uno o dos vehículos en casa, pero al salir a una cena optar por ir en Uber? ¿Te funciona pagar seguro, tenencia (a veces), mantenimiento, estacionamientos y desde luego, depreciación?

Hace algunos años, mi hijo me preguntó «papá, cuándo aprenderé a manejar» y le respondí «Tal vez nunca». Me refería en cuanto a la necesidad de manejar un automóvil para desplazarse a sus destinos, ya sea escuela, trabajo, diversión. En aquel momento, Uber ya era una realidad y era posible.

Desde entonces, ha habido algunas ideas dando vuelta en mi cabeza sobre este tema. Por una parte, está el negocio de la industria automotriz y de autopartes en México que genera empleo, atrae inversión extranjera directa y exportaciones. Aquí, hace 10 años la pregunta fue «qué está haciendo México ante la evolución del auto eléctrico». Esto significa evolución en las líneas de producción y las empresas de autopartes. No es lo mismo saber forjar pistones que software y electrónica.

La otra arista, la que ocupa tiempo de procesador en mi cerebro, la más interesante para mi es la evolución de la movilidad. Desde que el auto se inventó y por desgracia se hizo popular gracias a don Henry Ford, la gente, toda, en todas partes, ha buscado tener un auto, como muestra de poder adquisitivo, de avance en la escalera social, independencia o como quieran llamarle. 

Pero los tiempos cambian, se llenó de coches y vehículos en general el planeta. Todas las grandes ciudades sufren de lo mismo, ya sea Los Ángeles, Londres, Tokio o CDMX, enfrentan retos de movilidad por exceso de tránsito con infraestructura insuficiente, lo cual no va a cambiar.

Ir en automóvil a todos lados ya no es opción. Hoy existen modelos de movilidad urbana alternos que pueden beneficiar mucho a todos los habitantes en las grandes ciudades y esto nos lleva a la pregunta: ¿Necesito poseer un auto? O acaso lo que realmente necesito es un servicio de movilidad urbana. ¿Vale la pena tener medio millón, un millón o más de pesos estacionados 20 horas al día o más?

Quizá si voy a ir de vacaciones con la familia, lo que más me conviene es una SUV tamaño grande, Suburban por ejemplo. Pero esa misma será extremadamente inconveniente para moverme por la ciudad para llevar a los hijos a la escuela. Quizá en el día a día un pequeño auto compacto funciona mejor para ir a la escuela o al trabajo o el supermercado.

Sin embargo, para ir a la tienda de conveniencia a un kilómetro de distancia, un scooter eléctrico podría ser más eficiente. O Bien para una distancia de unos 3 a 10 kilómetros la bicicleta (análoga o eléctrica) pueda ser mejor opción.

Y qué tal si el fin de semana quiero llevar a mis hijos y perros al bosque con las bicicletas y se ensucian en algún charco o riachuelo, sería mejor tener una camioneta tipo Pickup donde poner todo para no ensuciar los interiores. Ni hablar de salir a tomar unas copas y mejor ir en Uber en lugar de arriesgar la vida o acabar en el Torito.

La reflexión aquí es repensar el modelo de negocio del sector automotriz y de la movilidad incluyendo Uber y similares. El modelo actual no es sostenible y es extremadamente ineficiente. El estado actual del sector nos demuestra la urgencia del cambio, no tiene sentido que las agencias y armadoras decidan la versión, color y fecha de entrega. Sin tomar en cuenta que, por ejemplo, un coche que tiene una velocidad máxima de 250 km/h no se puede exprimir en casi ningún país del planeta (respetando la ley).

¿No sería genial pagar una suscripción de movilidad que incluyera lo antes mencionado? Si, requiere un poco de planeación, ya se vio que no puede haber bicicletas y patines tirados en las calles, sin embargo, a cambio de la planeación, tienes siembre el vehículo necesario para la actividad a realizar mientras alguien se pelea con mantenimientos, seguros, tenencia, etc.

O prefieres tener un montón de dinero tirado en el estacionamiento y perder un poco cada día.

Empresas en picada, una generación de wannabes

Hoy veo emprendedores que están sufriendo en el mundo después del covid por no tener un producto atractivo para el mercado. En estos tiempos de la emoción startupera de unicornios y shark tanks, parece que gran parte de los «emprendedores» tienen en su mente hacer dinero, más no impactar positivamente.

Hace tiempo escuché a un empresario muy exitoso decir «hacer un millón de dólares es fácil y es más fácil perderlos», hablaba de cómo al empezar a generar utilidades, es importante tener los pies en la tierra, no gastar, no comprar el coche de sus sueños, la casa de fin de semana; Porque en el negocio habrá épocas difíciles, se necesitarán esos recursos y también, porque una casa de fin de semana, no abona al crecimiento del negocio, mucho menos el auto alemán o californiano.

Por su parte, Guy Kawasaki, el primer evangelizador tecnológico de Apple y de los primeros del mundo, dice que, si tu creas un negocio con la idea de hacer dinero, estás destinado al fracaso. Sin embargo, si creas un negocio para cambiar al mundo, tienes garantizado el éxito.

Algunos años atrás, ya bastantes, cuando puse mi primer empresa, contratamos un consultor de negocios, poco sabíamos de hacer empresa y algo sabíamos de contenidos digitales. Así, con la idea de hacer las cosas bien, antes de la moda de incubadoras y aceleradoras, contratamos un servicio que nos enseñara a “ser empresarios”, por decirlo de alguna manera, al menos aprendí de responsabilidad.

Este consultor, nos enseñó bastante, pero para mí uno de los puntos que me marcó tuvo que ver con la responsabilidad del empresario (que no es lo mismo que un emprendedor, cabe aclarar). Las familias que comen de la empresa son responsabilidad del empresario, punto.

En estos tiempos de la emoción startupera de unicornios y shark tanks, parece que una gran parte de los «emprendedores» tienen en su mente hacer dinero, jugar a los millones, más no impactar positivamente en el mercado. Y aquí es bueno recordar las líneas anteriores.

Cuando he impartido talleres de emprendimiento y temas similares, siempre digo que no le pregunten a su abuelita si su idea de negocio es buena. Hay que salir al mercado a validar, hay que ofrecer soluciones que el mercado quiere, no las que al emprendedor le parecen sexys para su podcast y para que lo entreviste un tiktoker y juntar likes. Los likes no pagan la nómina, los views no hacen empresa, los followers no son clientes.

Tomar frases de Steve Jobs como: “Here’s to the crazy ones. The misfits, the rebels, the troublemakers, the round pegs in the square holes, the ones who see things differently.” No te hace ni empresario ni innovador. Doña Mary la del puesto de quecas ofrece una solución al mercado y genera clientes todos los días y le vale un comino ser una “Crazy one”. Y doña Mary le tiene que pagar a su chalán por día o semana, no con stock options e ilusiones de millones.

Hoy veo emprendedores o empresarios que están sufriendo en su negocio, pero que no veo propósito, no tienen una solución para el mercado donde el cliente diga «gracias, esto estaba buscando». Más bien se trata de negocios que quieren facturar lo que sea o lo que se les ocurrió porque quieren ser ricos y tener su serie en Netflix, una generación de wannabes Zuckerberg, Musk, etc. Pero que no han entendido por qué Tesla o Meta son lo que son y están donde están. Emprendedores pues, sin propósito y sin visión.

Ser empresario es un reto, no es cosa fácil. El empresario tiene un compromiso para con sus colaboradores y también con la sociedad en general y con su país. Recuerdo cuando mi padre, como empresario, me contó que en su negocio se daba aguinaldo dos veces al año: El tradicional en Navidad y otro en verano para ayudar a los trabajadores con los gastos del inicio de clases (uniformes, útiles, cuotas, etc) hablando de una operación de cientos de colaboradores.

El que en los corporativos existan políticas de cumplimiento de reglas y muchas veces más estrictas que las leyes de los países donde operan, es porque ser empresa no se trata de jugar al turista y no debe tomarse a la ligera.

Siempre lo he dicho en mis charlas a futuros emprendedores y estudiantes: Si no quieres pagar impuestos y nómina, no seas empresario, mejor busca otro camino.

Ahora bien, si eliges el camino de hacer empresa, ¡Te Felicito! No es fácil y no es para cualquiera.

Y si hoy no estás seguro de tener un propósito en tu organización, si sientes que el mercado no está respondiendo como esperabas, con mucho gusto puedo ayudarte a avanzar en eso, contáctame y platiquemos.

Apple: electrónica de lujo, la innovación no importa.

Apple se transformó de una empresa innovadora y disruptiva a una de electrónica de lujo y ejecuta su negocio de manera impecable. Contáctame y trabajemos juntos para encontrar esa vocación en tu negocio.

En Apple, la innovación es cosa del pasado y poco relevante, al parecer.

Una constante en las notas tras la presentación de Apple Vision Pro es que habían pasado 8 años desde el lanzamiento de un producto nuevo. Pero ¿Es nuevo?

No podemos negar el posicionamiento en el mercado de Apple. Hoy como dice el título, es una empresa de electrónica de lujo y ese negocio lo ejecuta de manera impecable. Allá cuando llegó el primer iPod y luego siguió el iPhone, sin duda fue disruptivo en su diseño de producto y en el modelo de negocio. Con el iPod se cambió la forma de consumir música.

No, no hablo del «meme» de siempre de la tontería de que «El obligar a comprar álbumes completos lo hizo». Apple definió un nuevo modelo de negocio posible gracias a la Transformación digital. ¡Sí! Hace más de 20 años ya estábamos en plena transformación digital y Apple con el iPod y la iTunes store fue precursor.

De igual forma, en 2007, Apple transformó el negocio de telefonía. Estábamos acostumbrados a que los carriers tenían el control, uno contrataba un servicio de telefonía y te regalaban el teléfono. Los fabricantes como Motorola o LG, tenían que venderle al carrier, si querían ganar mercado.  Apple cambió el modelo y se puso frente al carrier.

Las Apps no, lamento informarles. Cuando llegó el iPhone y la App Store, ya había dispositivos móviles a los que se instalaban aplicaciones como Palm, Windows CE/Mobile, Symbian y Blackberry. Ahí el cambio fue el modelo de la App store, no las apps en sí.

Pero lejos están aquellos tiempos de la «i» que definió como visión el Apple de Steve Jobs, empezando por la iMac y que abrió la puerta para esa transformación digital derivada de las posibilidades de la conectividad que ofrecía Internet. Por si no sabían, de aí la «i» de «internet», era pues, la Internet Mac.

Hoy Apple es un seguidor, incluso hace 8 años, no fue el primero en el mercado de los relojes inteligentes. Ha llegado mucho después al mercado de los visores de realidad virtual y/o aumentada. Varias de las características presentadas para sus nuevos sistemas operativos, ya existen desde hace tiempo en otras plataformas o dispositivos.

Su objetivo hoy no es ser una empresa innovadora ni disruptiva, es ser una empresa de lujo, por eso tiene un Apple Watch Hermes, por ejemplo.

Y es excelente, Apple encontró el nicho que mejor podría explotar, que le dejaría más ganancias y lo aprovecha de una manera impecable.

Te invito a que trabajemos juntos en la estrategia de tu negocio para encontrar y explotar el nicho de más valor y rentabilidad, ¡contáctame!

Garmin: Deja de regañarme, Suéltame me lastimas

Garmin ofrece tanta información y datos que te vuelves esclavo y deja de ser divertido el hacer actividades físicas para enfocarse en cumplir con los reclamos del dispositivo.

Yo era un ciclista feliz, rodaba varios días a la semana, en mi mejor momento, llegué a rodar unas 15 horas a la semana, ok, si eso ya es adicción.

Bueno, era muy feliz con Garmin, inicié con un reloj muy sencillo, el más básico que con los sensores, me permitía cuidar el corazón, razón inicial, después de años de fumador y no moverme, la gente estaba preocupada porque me quedara tirado en la ruta. De paso, también me permitía saber mi velocidad y cadencia (pedaleos por minuto).

Pero mi lado geek ganó, de hecho, considero a Garmin una de las empresas más innovadoras, no sólo en su segmento de deporte y aire libre, en general, una empres muy innovadora.

Pues esa innovación me llevó a relojes y dispositivos de ciclismo más complejos, con más funciones, más datos. Felicidad pura para alguien como yo, poder saber cuántos watts había puesto en una subida o qué tan rápido pasé por Ciudad Universitaria en Insurgentes comparado con las otras 50 veces que pasé por ahí.

Y llegó la esclavitud. De pronto viví regañado por Garmin «no te has movido» «te estás desentrenando» «tu desempeño fue inferior» «tu entrenamiento no fue productivo por cinco días».

Hacer actividad física, bici. senderismo, correr, nadar, hasta pasear al perro dejó de ser divertido, se volvió un tema de satisfacer al pinche aparato. «voy a subir esa pendiente para que suba el nivel de entrenamiento» «10 minutos más para que me marque más tiempo en la zona anaeróbica».

Y así fue como cambié Garmin por Apple Watch, un dispositivo inferior para hacer ejercicio y registrar tu entrenamiento, condición, consumo de oxígeno, pero que me hace feliz, me ayudó a recuperar el gusto por la actividad física, por eso, por el gusto.

Luego llegó el Karoo 2 de Hammerhead, un gran dispositivo que da para escribir un post de él, que haré después. Así me pude desconectar de Garmin por completo.

Ya no sé si mi VO2Max está en 53 o 49, pero no cambia mi vida y cuando subo una montaña, hay días buenos y días malos, pero lo decide mi cuerpo y cómo me siento, no un dispositivo que me tenía secuestrado.

Pero en ese proceso también me di cuenta que Garmin no necesariamente dice la verdad. Hay veces que el aparato dice que ando mal, pero datos como velocidad, tiempo de recorrido o watts, dicen que ando bien. Pareciera que la cosa te engaña para mantenerte ahí, como esclavo, secuestrado por sus indicadores, mientras que los indicadores provenientes de otros dispositivos cuentan otra historia.

Pequeñas y medianas empresas: ¿Quién apoya al líder?

¿Cuál es la decisión correcta? ¿Cómo lo resuelvo? ¿Cómo le comunico a mi equipo? ¡No hay clientes nuevos! Mi producto o servicio ya no es atractivo, necesito resonar en los clientes. Mi gente está renunciando. Necesito reducir costos y ser más eficiente ¿Acaso debo hacer un recorte de personal, de qué área?.

pexels-lara-jameson-9623643Muchas veces, como líderes de nuestra organización, no tenemos a quién recurrir en tiempos de cambio o incertidumbre. Se espera todo de nosotros «es el jefe, el patrón, el director… y él sabe el rumbo». Eso no siempre es verdad, no debe serlo y está bien.

La toma diaria de decisiones es un asunto complejo que impacta en la organización, nuestros clientes y proveedores y desde luego en nuestros colaboradores. Contar con el apoyo para tomar las mejores decisiones es la clave del éxito de los negocios.

Contar con asesoría para la toma de decisiones, así como definir una estrategia para el negocio no es una tarea trivial ni simple. Influyen factores internos y externos.

Dentro de los externos, podemos considerar el mercado, la industria, el entorno económico local, regional y global y cómo puede impactarnos; también hay que considerar la competencia, el talento o materias primas.

En los factores internos, es vital considerar los objetivos de los miembros del equipo, tanto directivo como operativo, no sólo del líder, los accionistas o el consejo.

La alineación de objetivos para creación de una visión común, que ponga al negocio en la dirección correcta es un trabajo continuo, ninguna organización es viable si los objetivos se escriben en piedra y se dejan así por años, o en nuestros tiempos, por meses.

La evolución es constante en el entorno y debe de serlo también en nuestra organización.

El Covid fue una gran lección al respecto y hubo organizaciones que fueron tomadas por sorpresa, no supieron actuar y desaparecieron. Otras más, decidieron moverse con rapidez y cambiar su objetivo de acuerdo con la realidad y no sólo sobrevivieron, incluso florecieron.

Lamentablemente, durante ese periodo pandémico también hubo organizaciones que no supieron actuar, que pasaron días muy difíciles en esa primera etapa del Covid pero por su resiliencia, lograron sobrevivir.

Hay otro segmento de organizaciones que se encontraron con una sorpresa en la pandemia, encontraron un nicho que se volvió fuente principal de ingresos y por su ignorancia o ceguera de taller, pensaron que así sería por siempre, «llamarada de petate» sería el término más mexicano.

Lo cierto es que la pandemia nos cuestionó a todos y nos hizo ver la necesidad de diversificar, de definir estrategias, de estar dispuestos al cambio y la evolución.

Encontrar el camino para esa estrategia de evolución, requiere sumar esfuerzos y recurrir a especialistas externos que nos ayuden a quitar la «ceguera de taller».

Tegno casi 30 años en la industria de Tecnologías de Información, haber apoyado a través de FUMEC y TechBA a cientos de empresas del sector tecnológico y algunas de otros sectores diversos. Proyectos con el Banco Mundial, la Unión Europea, Industry Canada, Amiti, Canieti, Lania, Infotec y desde luego los programas de la Secretaría de Economía como Prosoft, Inadem, Programa de Emrpesas Gacela, y Fondo Pyme.

Quiero ofrecerte esos años de experiencia para el beneficio de tu organización, platiquemos en la forma en que todo ese conocimiento y experiencia en negocios, tecnología, estrategia y atracción y desarrollo de talento puede ayudarte.

¿Qué hago con mi presente, a dónde va mi futuro?

Si ertás pensando en hacer un cambio de carrera, dudas si conviene aceptar esa oferta laboral, no sabes cuál es el siguiente paso en tu futuro profesional, me gustaría ayudarte a encontrar la respuesta.
¡Platiquemos!

Estas preguntas rondan en la mente de muchos de nosotros ahora o casi seguro en algún

momento de los pasados 3 años, el inicio del confinamiento por la pandemia de Covid-19.

En particular, debido a la pandemia, el tiempo en soledad durante el semáforo rojo, fue tiempo de reflexión, de cuestionamiento, aunque no quisiéramos. Primero fueron unas fabulosas vacaciones, la novedad, el tiempo libre, el home office. Para muchos fueron días difíciles por tener que cerrar negocios o perder el empleo, para otros por enfrentarse a una vida que no los hacía feliz; no fueron pocos los divorcios que se dieron en ese momento.

Pero pasó el tiempo, las restricciones fueron quedando atrás y regresamos de a poco a la vida, a la de antes o a una nueva. Muchos perdieron su empleo y tuvieron que encontrar otro o generar una nueva fuente de ingresos, otros muchos, no tuvieron esa crisis, pero sí regresaron a un entorno laboral distinto, tuvieron que volver a lo de antes cuando ya habían probado otro estilo de vida que, para la mayoría fue mejor.

Entonces, empezaron las dudas ¿qué hago con mi presente, es aquí donde quiero estar, trabajar, es esto lo que quiero hacer? Y también ¿hacia dónde voy, ¿qué me espera en 10, 20 o 30 años, así quiero vivir, continuar? ¿Acaso será oportuno un cambio?

Hacer un cambio en nuestro desarrollo profesional da miedo, sobre todo si es un cambio radical. Sin embargo, puede ser el camino a una vida plena y no sólo en la parte profesional, ya que todo impacta en nuestra vida, en nuestra familia y entorno. Una persona plena profesionalmente, podrá tener una mejor interacción con su entorno, en resumen, será más feliz.

En mi caso, desde antes de la pandemia, inicié un proceso de crecimiento y desarrollo personal, me puse a estudiar y a leer y leí mucho, estudié mucho sobre desarrollo humano, autoconocimiento, psicología, análisis. Esto con el objetivo de ser un mejor profesional desde donde me encontraba en aquel momento, ser un mejor colega, un mejor líder y miembro de equipos y también, por qué no, empleado.

Este estudio y aprendizaje me llevó a encontrar una vocación y pasión medio escondida, estaba ahí, la había practicado de manera informal, pero gracias a esto empezó a tener la estructura necesaria.

Así que hoy quiero invitarte a que trabajemos juntos, para que alcances tus objetivos profesionales y que sin duda impactarán en tu vida diaria. Contáctame y juntos podremos encontrar nuevos caminos que te llevarán a encontrar pasiones, vocaciones e impacto en tu vida y en el mundo actual.

Quiero ayudarte a encontrar el balance y el motor que te llevará al siguiente nivel.

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Agenda una conversación:

IA y el ¿Futuro? del empleo

¿Qué futuro nos espera, el de Matrix? el de Wall-e? o construimos uno mejor

Allá por los años 90 cuando me involucré en el negocio de las tecnologías de información y la innovación, ya algunos hablaban de que la tecnología desplazaría a los humanos, sí, antes de ChatGPT, cuando los IVR medio funci onaban y uno interactuaba con humanos en los estacionamientos. Y no sólo interactuábamos para pagar, un ser humano nos daba el boleto a la entrada.

En aquellos tiempos, yo estaba convencido que la tecnología llegaría a cada rincón de nuestras vidas, por eso me motivaba trabajar en un área en desarrollo. El internet empezaba a ser conocido fuera de los ambientes académicos y técnicos, la gente no sabía para qué servía o qué era, pero ya sabía que existía y habíamos algunos locos diciendo que era el futuro, los famosos dot com, el comercio electrónico, la mensajería y colaboración… el famoso «information worker».

También en aquellos días, me encontré con un libro que reseñé para un portal «La Trampa de la Globalización» (1996) de Hans-Peter Martin y Harland Schumann ( https://latam.casadellibro.com/libro-la-trampa-de-la-globalizacion/9788430602742/600011). El libro, un tanto pesimista sobre el futuro de la humanidad globalizada y tecnificada no me dejó contento, yo creía en un futuro tecnológico genial, donde el señor del estacionamiento pasaría de entregar boletos a estar frente a una computadora programando y/o dando soporte a los sistemas de estacionamiento. No se burlen, era joven.

El libro comenta que, en el futuro, solo el 20% de los humanos serían necesarios para mover la economía, mientras que el 80% sería víctima del «tittytainment» (entetanimiento vi una traducción) y que vivirían de alguna especie de ingreso universal (¿Becas del bienestar?) y que viviría frustrado en un «pan y circo» eterno.

Casi 30 años después, nos enfrentamos a una realidad muy diferente a la que vivíamos. En aquellos días, no había conexión constante a internet, no teníamos dispositivos móviles llenos de apps que nos «facilitaban» la vida, la productividad de un ser humano era inferior a lo que es ahora; no porque los humanos de ahora seamos mejores, solo porque las herramientas disponibles aceleran la productividad… y probablemente también el agotamiento.

Hoy tenemos a una empresa como IBM hablando de que pausará la contratación de seres humanos y planea reemplazar más de 7 mil empleos con inteligencia artificial tomando como base el área de Recursos Humanos. (https://www.investing.com/news/stock-market-news/ibm-to-pause-hiring-plans-to-replace-7800-jobs-with-ai–bloomberg-news-3069543?fbclid=IwAR0Up42qkhrcqj7LFQ2sAVBCS5_Zbt_l-txL36Aqs7JvqMOk0X1KfO0Bu5A)

Aquí caben dos preguntas para ustedes, queridos lectores:

1.- ¿Será conveniente desplazar seres humanos con inteligencia artificial?

Seguramente, si están en México, habrán visto adultos mayores empacando las compras en los supermercados. Será ese el mejor uso del talento y la experiencia mientras que en IBM cuando un empleado se sienta insatisfecho en cuanto a su relación con la empresa, tendrá que interactuar con un chatbot. ¿Realmente necesitamos tecnología en todos los aspectos de nuestras vidas?

2.- Si la respuesta a la primera pregunta es sí y si a usar tecnología en todos los aspectos de nuestras vidas, pregunto: ¿Qué haremos con el 80% de la humanidad desocupada?

Creo que la tecnología y la innovación deben ser habilitadores del bienestar de la sociedad, preservar la especie humana, darle más oportunidades y herramientas.

Es urgente e indispensable enfocar el desarrollo de la tecnología y al día de hoy, de la inteligencia artificial para estas cuestiones. Un caso práctico que me gusta mucho, es la capacidad de usar tecnología de IA para detectar con mayor rapidez cáncer de mama, por ejemplo.

Hay un sinfin escenarios donde se puede usar tecnología para el bienestar, para el crecimiento y desarrollo de la especie humana, es importante que, desde la academia, los think tanks y la industria en lo general, enfoquemos todas las energías para este fin.

El afilador analfabeta que me dio una lección de vida

Esta no es una historia cursi, de esas que circulan en redes. Esto me pasó hace ya algunos años en la ciudad de Puebla.

Hace tiempo, en épocas de Felipe Calderón, la Secretaría de Economía hizo una convocatoria nacional de empresas. Por una parte, se presentaban programas de la SE y por otra, empresarios de todo tipo y tamaño, tenían la oportunidad de ser entrevistados por el equipo de consultores para recomendarles el apoyo correspondiente.

Tuve la suerte de formar parte del equipo de consultores que presentábamos programas y al término de las presentaciones, entrevistábamos y aconsejábamos (cuando se podía) a los empresarios. Era un trabajo enriquecedor y desgastante, días muy largos. Podíamos llegar al evento a las 8 de la mañana y salir a las 10 de la noche habiendo entrevistado a 40 o 50 empresas en un solo día.

Recorrimos toda la república con la iniciativa, hubo varios momentos inolvidables. Uno de ellos fue en Puebla, donde tuvimos uno de los eventos más llenos de toda la gira y por tanto, muchísimas entrevistas.

Ya después de muchas y bastante cansado, llegó un señor, humilde, de pueblo, con sus años, más de 70 seguro. Siempre la pregunta era «A qué se dedica su negocio». El señor me empezó a contar su historia. No recuerdo el nombre del señor, pero sí la marca que dejó en mi vida, para siempre.

El señor era afilador de cuchillos, en bicicleta, de esos que van con su silbato, cada vez se escuchan menos, pero los de mi edad o mayores, los recordarán bien.

Pues el señor era un buen afilador, fue consiguiendo clientes y con los años, logró poner un pequeño taller donde afilaba y daba mantenimiento a rebanadoras de jamón, incluidas las de los supermercados de la ciudad. El negocio iba bien, el señor era trabajador y con visión, así que contrató a un «licenciado», alguien con estudios que supiera cómo manejar un negocio, porque el señor no sabía.

Pero me contaba su historia de éxito, cómo había llegado lejos, con trabajo duro, aprendiendo de esas máquinas, tratando de mejorar siempre, preocupado por la calidad del servicio. Me decía que, precisamente, su calidad y atención a sus clientes, es lo que lo había llevado a ser el mejor de Puebla y por eso tenía tanto negocio.

El señor, de hecho, no sabía leer ni escribir. Sabía trabajar, sabía afilar cuchillos, aprendió a reparar máquinas y mantenerlas en excelente estado y por eso es que contrató al «licenciado». Pues bien, el «licenciado» no era una buena persona y lo engañó, poco a poco le fue robando los clientes ya que puso un taller competencia del señor, hasta que el señor se vio obligado a cerrar.

Pues el afilador no se detuvo, en ningún momento se sientió derrotado. El señor tenía una familia que mantener y volvió a empezar, tomó su bicicleta y salió a afilar cuchillos en las calles de Puebla.

Ahí es cuando yo lo conocí, el señor buscaba un pequeño préstamo que le permitiera comprar un poco de equipo para poner nuevamente su taller a sus más de 70 años. En todo el tiempo que me contaba su historia, nunca fue de queja, nunca fue de culpables. Fue de salir adelante, fue de intentar una y otra vez porque se puede mientras haya ganas, energía y vida.

El señor, ahí en el evento de la Secretaría de Economía, lloró al contarme su historia y pedir ayuda. Eran lágrimas desesperadas de quien no sabe qué hacer pero tiene todas las ganas de hacerlo. Yo lo envié con quien podría darle el apoyo adecuado.

Hoy, 28 de Abril de 2020, durante una cuarentena provocada por una pandemia global, vale la reflexión por dos razones:

1.- Porque sin duda el afilador me enseñó que nunca hay que darse por vencido y aunque parezca difícil, hay que intentarlo y no dejar pasar la oportunidad ni por viejos ni por no saber del tema. Siempre hay que intentar. Estamos viviendo una pandemia que dejará un planeta distinto y es importante, para mi al menos, recordar la historia del señor, porque tendremos que empezar de nuevo en muchos sentidos.

2.- Que lo que para nosotros parece poco, para otros es mucho. Ese señor no buscaba más de 10 mil pesos para comprar herramienta y poder poner un negocio. 10 mil pesos que no es ni la mitad de un teléfono de gama alta, vamos, ni siquiera con 10 mil pesos compra uno un teléfono de gama media. Sin embargo, se nos olvidan los otros y pensamos que donde estamos nosotros es el piso.

Los invito a pensar en esas dos cosas: 1) Construir y construirnos mejores al término de esta crisis ( y no es dinero) 2) A pensar en el otro, que tiene otras circunstancias, otras necesidades, otra forma de ver la vida y está parado en otro lugar, ser empáticos, porque de lo contrario, no podremos construir.

Ese día, de ese evento yo salí distinto, con una gran lección de vida, de un afilador analfabeta. Hoy, todos saldremos distintos de una pandemia.

 

Hay que pensar distinto, hay que pensar en el otro

Yo quería Texcoco by Norman Foster. Ya me veía en la sala de espera, con mi mochila comprada en Las Vegas, escuchando música en los audífonos que compré en San Francisco, esperando mi vuelo a Nueva York con mi Starbucks en la mano y un cuernito de Maison Kayser.

Yo quería Texcoco porque ese es mi nivel de preocupación, un aeropuerto, o el ver qué teléfono me compro porque volví a romper el mío. Sin embargo, esa no es la realidad de millones, muchos millones de mexicanos. Yo quería Texcoco Porque no me preocupa qué voy a comer mañana o si mi hijo se va a morir por no tener la manera de comprarle una medicina.

En un país con 50 millones de pobres, con más del 80% de la población económicamente activa con sueldos inferiores a los 15 mil pesos, con gente que tiene que trasladarse de Ecatepec a Santa Fe 3 horas en las mañanas y 3 horas de vuelta en la noche para tener un sueldo de 4 o 5 mil pesos. Eso es más real.

La preocupación de millones es tener para comer, para otros tantos, tener para las medicinas. Ya los afortunados se pueden preocupar por que sus hijos tengan cierto nivel de educación.

Y yo mientras, leo a los primeros, un grupo reducido muy reducido de mexicanos privilegiados, comentar estupideces clasistas, racistas y mostrando su total ignorancia.

Piensen en el otro, piensen en la mayoría de los mexicanos. ¿Ustedes creen que a esos que no tienen privilegios les importa si un privilegiado tiene que esperar un avión en un aeropuerto apestoso?

Y cómo creen que suenan ustedes con su clasismo y discriminación defendiendo a los constructores que han robado al gobierno, construyendo carreteras que se hunden, construyendo trenes a Toluca que solo sacan dinero y no terminan, multiplicando por 10 el precio de la obra pública.

Poco entienden ustedes de desarrollo económico si creen que un aeropuerto es lo único que este país requiere para generar turismo y atracción de inversión. Les comento que muchos inversionistas ni siquiera pasan por la CDMX para ir a ver sus proyectos de inversión en Riviera maya, Nuevo Leon, Jalisco o Baja California. Porque qué creen: hay aeropuerto internacional en Cancún, En Tijuana, en Monterrey y en Guadalajara.

¿Pero eso ya lo sabían no? Porque ustedes saben mucho de economía.

Y entonces, en el país votaron unos cuantos por no construir un aeropuerto en Texcoco y saben por qué: porque tienen otras prioridades, como comer, por ejemplo.

En CDMX más personas fueron a la Fórmula 1 que a votar. Lo cual hace pensar que su preocupación, era una selfie, ni siquiera un aeropuerto.